miércoles, 1 de octubre de 2003

El espaladrapo


   Este fin de semana he donado sangre. No es la primera vez que lo hago, pero hacia mucho tiempo que no lo hacia.
   Donar sangre es algo facil de hacer.  Tu llegas, te hacen un par de preguntas (o tres), te miran la tensión y el peso (para ver si estas dentro de unos rangos), te pinchan en un dedo, creo que para mirarte el nivel de hemoglobina, o el azucar... pero vamos, la historia es que te pinchan... y luego te sientan en un sillón super comodo.
   Una vez ahi, comienzas a ver durante unos instantes mucho movimiento a tu alrededor. Movimientos con tubitos y bolsas de plástico y probetillas. Creo que intentan ocultar la aguja... que es realmente con lo que vas a mantener mayor contacto, pero no suelen conseguirlo por que tu, enseguida, la ves :)
   Cuando te quieres dar cuenta, te han pinchado en el brazo. Tu esperabas un dolor mayor, pero no ha sido nada.
   Suelen tener una tele para que te entretengas mientras, pero la 'operación' no dura más que unos minutos, por lo que puedes tragarte una tanda de anuncios, o a la Maria Teresa Campos hablando con cualquier maruja de que su hijo fuma a escondidas en el baño. Total, que te duele más lo que te entra por los ojos, que lo que te sale por el brazo.
   Cuando crees que lo peor ya ha terminado es cuando llega el verdadero dolor del donar sangre... la retirada del espaladrapo.
   Quien inventaria el espaladrapo? Que cabrón. El espaladrapo es una cosa que tienes en casa, donde las aspirinas y el jarabe de la tos. Cuando tiene que pegar, no pega... y cuando te lo tienen que quitar de algún sitio, el jodio se agarra que pa qué!
   Al final, te comes un bocata como hacia tiempo que no te comias, amenizado con un refresco de cola, naranja o limón!!

   Para los amantes del riesgo espadrapil, puede consultar este enlace a probar suerte. Los pacientes potenciales se lo agradeceran. Los pelos del brazo no.
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jOSE! 

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