jueves, 15 de abril de 2004

Pinos, y demás menesteres


   Todos hemos tenido que entrar alguna vez en un baño semi-publico... Un claro ejemplo de esto es el baño de la oficina de cada uno.

   Los hombres, si no es por causas mayores, no tienen necesidad de entrar en contacto con ningún sanitario si no quieren, o si no estan muy cansados... Las mujeres siempre (me cuesta imaginar lo contrario).

   Todos, en mayor o menor medida, intentan evitar el contacto con el frío elemento con diversas técnicas... la técnica del motorista (endurecimiento de piernas), la técnica del brazo atras (postura dificil, con posible dislocación de hombro), la técnica de la escalada 'inodoril (hay que advertir que sin arnes ni crampones, con el consiguiente riesgo de caida), y la tecnica del 'empapelado' (gasto enorme en celulosa)...

   Donde estoy ahora 'destinado' da gusto entrar al baño. Atrás quedaron los tiempos en los que ir al baño era un suplicio. Ahora, uno va al baño contento, sabiendo lo que se va a encontrar, que no es otra cosa que los servicios de HYGOLET. Hygolet es el invento del siglo. No es por dar envidia al que no pueda disfrutar de el, pero no estaría demás que alguien se lo pensara ;)
   
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jOSE!

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