No se puede pedir más, el sol comienza a calentar mi traje de cordura negro, y el aire ayuda a que mantengamos una temperatura ideal. Los coches parecen ir colocados a la distancia justa para que yo pueda pasar entre ellos sin el menor peligro... Así fue toda la semana pasada, y así tiene toda la pinta de que sea esta en la que estamos.
Pero no todo, cuando vas en moto, es de color de rosa. No todo es alegría y felicidad. Hoy, por primera vez desde que voy en moto, me ha ocurrido una cosa que me ha revuelto el estómago. Pienso que yo lo podría haber evitado, pero es que no me lo esperaba.
Hago un punto y aparte en este instante, para advertir al incauto lector, que lo que viene a continuación puede provocar una sensación de vómito similar a la por mi experimentada hace una media hora. En la historia no palmo (de hecho estoy escribiendo esto) pero no es agradable.
Según me acercaba a un coche color champan, he visto como el conductor bajaba la ventanilla.
"Pobrecillo, el calor que tiene que estar pasando ahí dentro, con el solecito tan rico que hay." Pensé yo...
"Eso, eso, baja la ventanilla, y que entre aire, ya veras que sensación" continuaba pensando.
Pero no.... lejos de entrar aire al interior del coche, lo que ha salido ha sido un pollo (escupitajo, gallo, gargajo, flema, salivazo) del tamaño de un camión.
Joder, como me ha puesto el tío... es que me ha dado de lleno en la pierna.
"Hijo de la gran puta, me cago en tu puta madre, cabrón de mierda, cerdo asqueroso... ¿serás hijoputa? cerdocabrón!!!"
Claro, así, en plena ofuscación no me salía otra cosa... y adivinar que me ha dicho el...
"Es que no te he visto..."
"El que no me has visto ya me lo supongo yo, guarro asqueroso, solo faltaba eso, que me hubieras visto... ¿Serás hijo de puta? ¿acaso haces eso en el salón de tu puta casa?"
"Que no te he visto..."
De verdad, que impotencia... y que asco. Por un momento me han dado ganas de escupirle yo a el (bueno, incluso mearle y cagarle... y cosas peores) pero llevaba puesto el casco (y los pantalones...)
Total, que hoy he venido más rápido de lo normal, deseando entrar en el baño de la oficina y limpiarme la mancha que se había cristalizado a lo largo de la cordura de mi pierna y rodilla. Me lo apunto, a partir de ahora, ya se que tengo que hacer cuando vea bajar una ventanilla...