jueves, 5 de febrero de 2004

¿VE USTED LO QUE YO VEO?

Por: Brad Lemley


Las personas que tienen una rara condición llamadas sinestesia ven sonidos, huelen los colores y saborean las formas. Los neurocientifícos piensan que llos representan una ventana hacia el misterio fundamental de la conciencia humana.

Carol Crane le gustan casi todos los tipos de música, pero los conciertos la afectan en una forma peculiar. "Siento el sonido de las guitarras como un soplo en los tobillos. El piano me presiona aquí", manifiesta, tocándose el pecho encima del corazón. "Y el jazz de Nueva Orleans me golpea por todas partes, como una lluvia".
La reacción sensorial de Crane a las letras y los números es igualmente extraña. Al ver la letra a piensa en el color azul grisáceo. La letra b es azul pastel y la c, carmesí. Los números le causan reacciones muy similares. El 4 10 ve rojo tomate, y como con todos sus enlaces perceptuales, le ocurre desde la infancia. El cuatro siempre ha sido rojo. No puede ser otra cosa.
Crane, una sicóloga de 47 años, no padece de alucinaciones. Sus percepciones surgen de una extraña mezcla de los sentidos conocida como sinestesia, una condición que puede tomar múltiples formas. Algunos sinestésicos ven sonidos, otros sienten colores o saborean formas. Simon BaronCohen, psicólogo de la Universidad de Cambridge, estima que una de cada 2.000 personas es sinestésica y vive con un sentido empujando al otro. Se sabe poco sobre las causas, pero las sensaciones que experimenta un sinestésico son reales. "Hemos descartado que estas personas estén fantaseando", dice Baron-Cohen.
La sinestesia -del griego syn, junto, y aisthesis, sensación- generó una ola de interés científico y popular a principios del siglo. El compositor ruso Alexander Scriabin, un sinestésico, ideó un órgano que producía múltiples rayos de luz en su sinfonía Prometeo, el Poema del Fuego. Muchos románticos consideraban a los sinestésicos una vanguardia espiritual de la humanidad, más cercanos a Dios que los que tenemos sentidos segregados. "Estas personas altamente sensibles", escribía Wassily Kandinsky, pintor abstracto ruso, "son como los buenos violines... vibran en todas sus partes al contacto del arco". La fascinación pronto alcanzó su clímax, estimulada por la impenetrabilidad de la sinestesia. El problema: Nadie podía penetrar en la mente de los sinestésicos para entender o compartir sus singulares percepciones.
Esto podría cambiar pronto. Impulsados por los recientes avances en la obtención de imágenes cerebrales, los registros electrofisiológicos, los análisis de ADN y otras técnicas, un pequeño número de investigadores en Estados Unidos, Escocia, Inglaterra, Canadá, Australia, Francia, Alemania, Israel y Finlandia está comenzando a despejar lo que distingue a los sinestésicos. Las respuestas, además de arrojar luz sobre una condición peculiar, pueden iluminar un enigma importante de la existencia. La noción de que los sinestésicos son semidivinos está descartada, pero los investigadores del conocimiento afirman que estas personas constituyen una preciosa ventana hacia el misterio fundamental de la conciencia humana.
A medida que examinan, estimulan y evalúan, los científicos se sienten impresionados. "Tendemos a suponer que la realidad es igual para todos", señala Peter Grossenbacher, asociado de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE.UU., el más importante investigador norteamericano de la sinestesia. "La sinestesia nos muestra que las personas que nos rodean pueden tener una experiencia diferente del mundo".
No sólo diferente. Mejor. "Para mí es como si ustedes vieran el mundo en blanco y negro", expresa Carol Steen, una artista de Nueva York, para quien las letras, los números, los sonidos y los dolores evocan una variedad de colores. "Yo lo veo en color". Patricia Duffy, instructora de idiomas de Naciones Unidas, quien siente el color ante letras o números, o al pensar en unidades de tiempo como las horas y los días, coincide enfáticamente. "La sinestesia es maravillosa", comenta. "Perderla sería desagradable, como perder uno de los sentidos".

Sentada en un pequeño cubículo sin ventanas y a prueba de sonido, Crane observa la pantalla ancha de una computadora. Ella es sinestésica e investigadora de la sinestesia. Aquí en NIHI en Bethesda, Maryland, colabora con Grossenbacher en su estudio sobre aquellas personas que tienen esa condición. Dos docenas han sido entrevistadas y evaluadas. Grossenbacher, Crane y el estudiante de postgrado Chris Lovelace, piensan llegar a 100. Hoy, la propia Crane pasará la prueba.
Su historia es típica. Cuando niña se encontraba con miradas incrédulas al revelar que las letras y los números le hacían ver colores, o que la música le despertaba el sentido del tacto. No habló más de esas sensaciones ni supo cómo nombrarlas hasta que hace dos años un comentario de un profesor de sicología alteró radicalmente su mundo. "El dijo que un investigador, el doctor Grossenbacher, estaba buscando personas para ayudar en el estudio de los sinestésicos, y yo le pregunté: '¿Qué son los sinestésicos?'. Él contestó: 'Personas que piensan que e 1 cinco es amarillo'. Yo dije: 'No, el cinco es verde'". Obtuvo el puesto. El equipo de Grossenbacher y otros realizan un trabajo peculiar. La sinestesia es una condición confusa, con pocos hechos demostrados. Los estudios sugieren que ocurre más entre las mujeres que entre los hombres. La relación varía entre dos y ocho contra uno. Nadie sabe por qué.
A pesar de su rara facultad cognoscitiva, los sinestésicos no son más vulnerables a las perturbaciones o enfermedades mentales que el resto. Su calificación en el Inventario de Personalidad Multifacética de Minnesota, un punto de referencia de salud mental utilizado profusamente, se encuentra dentro de los límites normales. No hay evidencia de que los sinestésicos se inclinen a las artes. Los artistas hablan más acerca de sus experiencias que otros sinestésicos, quienes se sienten avergonzados por su condición.
Un hallazgo reciente revela que la sinestesia parece repetirse en las familias, sugiriendo que existe un componente genético. Richard Cytowic, neurólogo de Washington, D.C., cuyo popular libro de 1993, "El Hombre que Saboreaba las Formas", ayudó al renacimiento de la sinestesia, conoció una familia con cuatro sinestésicos en cuatro generaciones y otra en la cual cuatro de cinco hermanos eran sinestésicos. El descubrimiento de Carol Crane llevó a otra asombrosa revelación: su hijo, hermana, sobrina y sobrino son sinestésicos.


En todos los casos de sinestesia, las percepciones son espontáneas y duraderas. En un experimento realizado en 1993, Baron-Cohen y sus colegas dieron a sinestésicos y no sinestésicos una lista de letras, palabras y frases para que describieran el color o la forma que cada una evocaba. Una semana después, 37 por ciento de los no sinestésicos respondieron igual que la vez anterior, mientras que al año las asociaciones del 92 por ciento de los sinestésicos fueron iguales. Los sicólogos llaman a esto "invariabilidad". Para los sinestésicos es una forma de vida. "Yo me someto a tratamiento de acupuntura desde hace I5 años", señala Steen. "Los distintos acupuntos me hacen ver siempre los mismos colores".
Muchas experiencias sinestésicas son producidas por estímulos externos, pero algunas, como la concepción vívida invariable de Pat Duffy, de que un año es una "cadena de rectángulos coloreados", es puramente interna. Las respuestas son individualizadas y fascinantes.
Sean Day, un sinestésico que estudia el fenómeno, ha examinado 175 casos, tratando de identificar los tipos de sinestesia. Hasta el momento Day, profesor asociado de inglés en la Universidad Nacional de Taiwán, ha clasificado 19 de ellas. Una de las más raras es la sensación de formas y texturas fantasmales, que presionan la piel al ver un objeto. La más común es ver colores en respuesta a números o letras. Day también ha clasificado los colores del alfabeto de los sinestésicos. "La letra o tiende a ser blanca" dice Day. Fue asociada con ese color por el 56 por ciento de los sinestésicos. Pero la u, "recorre toda la gama, sin tendencia a ningún color". De acuerdo con BaronCohen, aun los sinestésicos de la misma familia raras veces coinciden en más de un puñado de colores. ¿Por qué? Nadie lo sabe.
Igualmente misteriosa es la forma en que las percepciones secundarias se manifiestan a los sinestésicos. Para Day, las percepciones son parte del mundo exterior. "Un piano es una neblina azul, las guitarras eléctricas son líneas anaranjadas o rojizas flotando en el aire". Cuando Carol Steen se desgarró en una playa un ligamento de la pierna izquierda, "el mundo se volvió anaranjado, como si hubiera un gel sobre la escena. Rocas anaranjadas, agua anaranjada, un marido anaranjado corriendo a ayudarme". Pero cuando Crane ve un número 3 negro sobre un fondo blanco, "veo el número en mi cabeza y es siempre amarillo".
Pero, ¿a cuál amarillo se refiere? Cuando la pantalla de la computadora de Crane se ilumina, le presenta un número 3 de 6 centímetros de alto y una paleta de colores. Ella mueve con gran dificultad el ratón para colocar el cursor sobre el punto que coincide con su 3 interno. Su 3 es color mostaza, tiene un ángulo de color de 57, un 90 por ciento de saturación y un 95 por ciento de brillantez.
"Ese es", dice ella.
"Vemos esto en todos nuestros sujetos", explica Lovelace y pasa entonces al color del siguiente número. "Su 5 no es solamente verde, es ese verde específico". Mientras tanto, Crane sigue escogiendo hasta completar su paleta: 1, es negro; 2, azul grisáceo; 3, amarillo mostaza; 4, rojo tomate; 5, verde limón; 6, azul marino; 7, azul púrpura oscuro; 8, color piel sonrosada; 9, bronceado y el cero blanco con un borde negro.

A observadores externos esa asociación, si fuera real, les parecería inconsecuente, pero los sinestésicos se erizan al pensarlo. "Los colores son tan intrínsecos como las formas", sostiene Pat Duffy. Para ella, que la p sea amarilla es como decir que los círculos son redondos. Los sinestésicos recuerdan la percepción secundaria más vívidamente que la primaria. "No puedo recordar su nombre, pero, sin embargo, sé que es morado".
El reto definitivo que encarnan los investigadores es descubrir los mecanismos cerebrales que sustentan estas conexiones. En un experimento realizado hace dos décadas por el neurólogo Cytowic, un sinestésico llamado Michael Watson inhaló gas xenón radiactivo, el cual pronto pasó a su sangre. Watson olfateó varias fragancias y sintió conos, esferas y columnas invisibles presionando contra su piel. Un rastreador indicó que el flujo sanguíneo a la corteza cerebral -donde se procesan las sensaciones y el pensamiento abstracto - estaba prácticamente obstruido. "Estábamos asombrados", dice Cytowic. Pese a que Watson tenía un cociente de inteligencia de 130 y parecía sano, "tenía el tipo de circulación sanguínea cortical que se ve en personas que han sufrido severos daños cerebrales". El experimento ayudó a Cytowic a teorizar que la sinestesia se basa en el sistema límbico, la parte evolutivamente primitiva del cerebro que controla las emociones, situada encima de la columna vertebral.
Nuevas imágenes del cerebro muestran un cuadro más complejo. En 1995, investigadores británicos e italianos utilizaron la Tomografía por Emisión de Positrones, una técnica sofisticado para medir el flujo cerebral, con el fin de investigar los cerebros de seis individuos no sinestésicos y seis sinestésicos que asocian colores a las palabras, mientras escuchaban una serie de palabras. Los hallazgos del equipo, reproducidos en estudios posteriores, contrastan con los de Cytowic: el flujo cortical no disminuyó; por el contrario, se aceleró. Una explicación posible para la discrepancia puede ser que diferentes formas de sinestesia surgen por diferentes anomalías cerebrales. Pero hubo otra sorpresa: No sólo las áreas de la corteza que procesan el lenguaje se activaron en ambos tipos de sujeto, sino que hablando en sentido figurado, los cerebros de los sinestésicos se encendieron como árboles de Navidad y ciertas áreas normalmente utilizadas para procesar la vista y el color lo hicieron por un instante. Baron-Cohen, quien participó en el experimento, ha sugerido que la clave de la sinestesia es una "conectividad anatómica no habitual", entre diferentes módulos sensoriales de la corteza.
Un concepto provocativo es que todos los seres humanos nacen sinestésicos. 'A los seis meses se obtiene una respuesta cortical similar en los niños, independientemente de que el estímulo sea una luz brillante o un ruido fuerte", dice Baron-Cohen. Después de eso las respuestas se segregan. "Los son¡~ dos aparecen en el lóbulo temporal, y los estímulos visuales hallan respuesta en el occipital". BaronCohen señala que varios estudios han confirmado que la "muerte celular selectiva" es parte del desarrollo cerebral del niño. En la mayoría de los infantes, de acuerdo con la teoría, las neuronas que mueren crean discretas islas sensoriales en el cerebro. En los sinestésicos, los enlaces sinápticos se mantienen, por alguna razón desconocida, más o menos intactos.

Esta primavera, en una reunión de la Sociedad de Neurociencia Cognoscitiva, Grossenbacher adelantó una teoría alternativa: Los sinestésicos presentan actividad "retroalimenticia" anormalmente intensa en las vías sensoriales de la corteza. En todos los seres humanos, los estímulos sensoriales, lenguaje, visión y tacto, van desde los módulos corticales monosensoriales hasta las áreas multisensoriales, como el sulcus (surco) temporal superior, ubicado detrás de la oreja derecha. Estas áreas asociadas a los sentidos permiten a una persona ver una pelota y después, con los ojos cerrados, tomar esa pelota entre varios cubos. Hay también vías que van desde áreas multisensoriales a monosensoriales. "En la mayor parte de las personas la actividad en estas rutas de retroalimentación está, hasta cierto punto, inhibida", explica dice Grossenbacher. "Sin embargo, en los sinestésicos considero que no es así".
La teoría, agrega, concuerda con los resultados de las imágenes cerebrales y resuelve una contradicción lógica en las teorías como la de Baron'Cohen. "Si usted le da a una persona suficiente LSD o mescalina, es común que experimente sinestesia", anota Grossenbacher. "Estas personas no están desarrollando-nuevas conexiones en su cerebr,5. Por el contrario, están usando conexiones que todos tenemos, pero de un modo nuevo".
Aunque todavía no se ha llegado a conclusiones sólidas, el moderno renacimiento de los estudios sobre la sinestesia entusiasma a las personas así dotadas. Todas ellas esperan que las noticias al respecto lleguen a ser normales, ilustrando a muchos que nunca han podido identificar con un nombre sus extrañas sensaciones.
A pesar del placer que producen las percepciones de colores, un sentimiento de tristeza y aislamiento subyace en la biografía de cualquier sinestésico. En un ensayo conmovedor colocado en una página Web sobre sinestesia, Duffy escribe, "En a vida mucho depende de la pregunta '¿Ve usted lo que yo veo?' Esta, la más básica de las interrogantes, une a los seres humanos socialmente... tener percepciones sin corroborar puede hacer que uno se sienta extrañamente solo en el mundo... abandonado en mi propia isla privada de 'p' amarillo pálido, jueves turquesa y 'v' color vino".
Los sinestésicos avizoran que un día muy cercano los maestros buscarán sus comentarios y enseñarán, a los niños y a sus padres a disfrutar de estas perspectivas únicas como un modo válido de ver, oír, tocar, gustar, oler y pensar. Si no tienen cerca compañeros sinestésicos, esos niños pueden ser al menos dirigidos a las comunidades de Internet, donde a través del correo electrónico puedan comparar los colores de las letras, las formas de la nota musical sol y las texturas de la menta. Muchas variedades de sinestesia ocurren cada segundo de cada día a lo largo de la vida y Carol Steen sostiene que negar la deslumbradora realidad de sus percepciones fue una carga mucho más pesada de lo pensado. En 1993, a los 49 años, ella estaba modelando una escultura, cuando escuchó en sus audífonos una entrevista con Richard Cytowic. El definió la sinestesia y explicó que era una condición real y aun envidiable. Los ojos de Steen se agrandaban con cada revelación. Al final del programa ella entendió, por primera vez, quién era.
"Entonces hice algo que nunca pensé hacer", recuerda con voz leve. "Me eché a llorar. Lloré sin parar durante 45 minutos".

SENSACIONES EXTRAÑAS

El investigador Sean Day ha catalogado 19 tipos de sinestesia en 175 casos. Las permutaciones las permutaciones son virtualmente ilimitadas debido a que un sinestésico puede tener más de una forma de la condición. Aunque no se puede suprimir las percepciones secundarias espontáneas, los sinestésicos pueden ignorarlas con mayor o menor exito. Pero a veces las sensaciones son abrumadoras. En una entrevista con el psicólogo ruso A.R. Luria, el sinestésico Solomon Shereshevsky relató un incidente de su vida de percepciones mezcladas:
" Iba a la heladería y pregunté a la vendedora qué sabores tenía. -Tutti-frutt-, me dijo, pero en un tona tal que salió de su boca una pila de carbones, y después que contestó de esa forma no pude comprar helado. Las voces de algunos son un bouquet, y me interesan tanto, que no puedo de seguir lo que dicen. Otras voces aparecen humo o neblina y mientras más hablan, más difícil es, hasta un punto en que no puedo entender nada".

COSAS QUE EVOCAN OTRAS de 175 casos %
Números y letras que evocan colores 121 69%
Unidades de tiempo que evocan colores 42 24%
Sonidos hablados que evocan colores 24 14%
Sonidos generales que evocan colores 23 13%
Sonidos musicales que evocan colores 21 12%
Notas musicales que evocan colores 16 9%
Dolores que evocan colores 6 3.5%
Olores que evocan colores 5 3%
Personalidades que evocan colores 5 3%
Sabores que evocan colores 5 3%
Sonidos que evocan sabores 3 2%
Sonidos que evocan tacto 3 2%
Visiones que evocan sabor 3 2%
Contacto que evocan sabor 2 1%
Sonidos que evocan color 1 0.6%
Temperatura que evocan color 1 0.6%
Contacto que evocan color 1 0.6%
Contacto que evocan olor 1 0.6%
Visiones que evocan contacto 1 0.6%
      
DISCOVER en español
Enero 2000, pag. 46
¿Ve usted lo que yo veo?
Brad Lemley

ADVERTENCIA:
Este POST NO es de un COLABORADOR. Es un artículo que encontre por la red, y me parecio interesante. Si alguien lo quiere ver, esta AQUI!!!.Lea detenidamente las instrucciones de uso. En caso de duda YO NO HE SIDO!!

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jOSE!

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