Por: Estefanía
Hace no mucho, hubo un tiempo en la que no dejaba de aprender cosas de la gente que iba conociendo y encontraba muchas cosas positivas en cada uno. Ahora ya no, y una de dos, o tuve mucha suerte con la gente que conocí o he cambiado.
Por gracia deben ser las dos, de la primera no tengo la menor duda, de la segunda no, pero prefiero ser yo y no la gente. Si es cosa mía puedo cambiarla, pero cambiar a los demás es más dificil...
Como últimamente estoy un poco saturada de gente que no admiro, prefiero hablar de los otros, de los que me causan admiración. Los primeros también me hacen crecer porque provocan que refuerce mi escala de valores al mostrarme en lo que no quiero llegar a convertirme, pero los segundos son los que inspiran y los que merecen que se escriba sobre ellos.
He elegido a una pareja de amigos, son ante todo, libres, se han vuelto locos para ello y no descansan porque no pierden una sola oportunidad de vivir, han puesto sus seguridades donde sólo hay aire, y se han saltado todos los esquemas, pero están mucho más cerca de la felicidad que mucha gente.
Se casaron no hace mucho, cuando les dió la gana, se querían y surgió la necesidad de incluir al otro en su proyecto de vida, no necesitaron más (yo aún estoy acostumbrandome a verles como casados, es curioso cuando se casan entre si dos amigos de toda la vida, pero ¡es genial!).
Ha pasado casi un año y aún comparten piso con otros amigos, los amigos con los que él compartía piso antes de casarse. No les ha importado, porque ellos no necesitan seguir ningún orden establecido. El mes que viene, por fin, se transladan a un piso para los dos. Aun así en se proyecto esta que su casa sea una "casa abierta" que pueda ir gente sin llamar antes, que se quede un tiempo quien lo necesite, que sea lugar de reunión, y de fiestas también, que hay que celebrar las cosas buenas.
Hace poco, quedamos, ella me contó, en tono de confidencia, que quieren acoger niños temporalmente y se han "apuntado" para ello, no saben si les vendrá uno, dos o incluso tres, ni por cuanto tiempo, puede que la acogida acabé siendo permanente incluso, pero ellos si "tiran", lo hacen con todas las consecuencias, (¡es que están locos!).
Él dejó su curro, en el que ganaba mucha pasta pero no se sentía realizado, no construía, no le hacía ser mejor, ya digo, un loco.
Ella es maestra, con su nota en la oposición podía haber elegido su destino definitivo donde le hubiera dado la gana, podía haberse hecho la vida cómoda, sin embargo eligió un sitio complicado, el alumnado de su "cole" tiene serias dificultades, de integración social, económicas...
Es uno de los colegios que recibe una especial atención por parte de la Comunidad de Madrid por las dificultades y conflictividad del alumnado. Al principio llegaba hecha polvo, no desconectaba y se llevaba a casa todos los problemas de los alumnos, que eran muchos, - tenía a mi amigo (su marido) un poco "frito" según me contaban -.
Sin embargo, era allí donde ella podía ser más útil. Ahora lo lleva mejor. Ojalá la hubieráis visto alguna vez dar clase, es increible la atención que le prestan lo niños. Sus alumnos no saben la suerte que han tenido, hoy en día cuesta encontrar una persona con tanta vocación.
No tienen miedo, siempre arriesgan y sobre todo, no les ata nada, más que la necesidad de ser mejores personas.
Ojalá pueda seguir encontrando personas a las que querer parecerme.
ADVERTENCIA:
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jOSE!
1 comentario:
esta muy chido tu texto espero y lo leas mil felicidades, orlando de aguascalienets.
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